Historias del Arco la Villa

40 Aniversario

 

 

TEXTO  · Mara

 

 

 

Estos días ha surgido entre las personas de la Redacción de este número del AV,  algunas muy jóvenes, la curiosidad de saber cómo empezamos con la aventura del periódico.

Cuando lo hemos hablado hemos caído en la cuenta de que comenzamos en el año 1979 y que ahora hace cuarenta años.

 

Los primeros números, hoy desaparecidos, no  contaban con depósito legal y por eso aparece en todos los lugares como inicio de la actividad el año 1980.

 

Con  los recuerdos vuelve la sonrisa a la cara, seguro que como volverá a las caras de aquellas personas pioneras, algunas de ellas tan jóvenes en ese tiempo.

 

Vivíamos la euforia de la libertad de expresión conquistada con la democracia y queríamos vivirla también en nuestro pueblo y eso nos llevó a juntarnos en nuestras casas y en cualquier lugar que se nos facilitara para  abrir nuestra propia redacción de periódico.

 

El nombre tuvo mucho consenso, desde el principio sonó  “el Arco de la Villa” y como lugar que sirve de reunión para muchas personas se aceptó como nombre lógico.

 

En ese tiempo aún estaba la centralita del teléfono de la Mari, lugar que nos encantaba para juntarnos  a las gentes del pueblo y además allí estaba José Julián, catorce, que fue una de las primeras personas que se animó al proyecto con  Chuchi capitán. Poli y yo, la che, enseguida lo vimos y se sumaron todos los jóvenes de la época, Juan Carlos Gorín, Martí y Martin, Javi y Luisma, “los morenos”, la Paloma, que tuvo, como siempre, mucho que ver con el nombre y tantos otros porque ya había niñas y niños que andaban por la redacción, como la Fabiola,  y enseguida vinieron personas como  Julio que puso su arte como dibujante. Y muchas más que se fueron sumando. Firmas como Gondomar o Mara...

 

La ilusión y las ansias de libertad y democracia inundaban nuestras acciones  y en algún caso nos enfrentaron a gentes a las que queríamos y considerábamos pero la “libertad de prensa” guiaba nuestros impulsos.

 

La forma de hacerlo era sencilla: se entregaban los artículos a mano o  escritos a máquina y la Olivetti se encargaba de preparar todo para reproducirlo a “ciclostil” y los títulos los poníamos con  regla de letras y con rotring.

 

Subíamos todas las copias de las hojas a casa del cura, entonces estaba  Hipólito Ezquerro, nuestro querido Poli,  y  las poníamos por orden en la mesa de su casa, nos poníamos en ambos lados de la mesa en fila e íbamos componiendo las páginas, casi siempre marcadas a boli o rotulador. Luego grapábamos cada periódico y salíamos por las calles a venderlo.

 

Luego vinieron otras peripecias e historias pero los orígenes tienen que ver con querer contar lo que pasaba en el pueblo para ser más pueblo si cabe. Cosas de personas apasionadas a las que han seguido otras personas, que no lo son menos,  que nos han traído hasta aquí este periódico.

Hubo muchas más personas que participaron  en aquel tiempo. Buscad periódicos.

 

 

 

Algunas portadas de Julio Martínez en la 2ª etapa, finales de los ochenta

 

 

 

 

 

Sumario

Nº ———  50

Agosto 2019 • Nalda